Video: "The Ballad Of Mona Lisa" - Panic! At The Disco

Hace unas horas que casualmente me he topado con lo nuevo de Panic! At The Disco en Kiss TV, y así, en un primer golpe, puedo decir que me ha gustado. Y eso que el reto era complicado, porque hacer resurgir de nuevo una banda, con la partida de dos de sus miembros, no debe de ser una tarea nada fácil.

Echando un vistazo a su primer sencillo, 'The Ballad Of Mona Lisa', se pueden sacar ya unas cuantas cosas: que Panic! vuelve a ese sonido propio inclasificable en ningún género (más bien, mezcla de varios), a sus estrambóticas puestas en escena, los títulos kilométricos y al retorno de su ! en el título de la banda. Sin embargo, no sólo se vive de apariencias, y tras escuchar varias veces la canción hay algo que echo de menos. Aunque Brendon Urie (cantante) y Spencer (batería) han sabido lidiar bien con el problema, siento que a las letras les falta algo, y no es si otra cosa que Ryan Ross, principal compositor del grupo y que ahora está por otro lado con 'The Young Veins' (pero esta es otra cuestión). Parece como si el mismo grupo se intentase imitar a si mismo (vaya paradoja), y aunque le sale bien, no tienen ni mucho menos la frescura y magia de antes. Tampoco encuentro ningún resquicio de lo que fue Pretty. Odd. (con su magnifico cambio de dirección), clara influencia de Ross y que ahora sigue presente en su nueva formación (y que te recomiendo que escuches).

Brendon Urie en "I Write Sins Not Tragedies", 2006.

Brendon Urie (un poco más siniestro) en "The Ballad Of Mona Lisa", 2011.

En cuanto al video, es inevitable no recordar I Write Sins, Not Tragedies. Las primeras imágenes muestran los bancos de la boda, ahora vacíos y llenos de telarañas, y en uno de los bancos, el sombrero de copa y el bastón que Urie lucía en este primer video como maestro de ceremonias. Bonito guiño. La puerta se cierra y se vuelve a abrir, pero el decorado ha cambiado. La estética, a camino entre Sweeney Todd y el video de Helena, de My Chemical Romance. Y musicalmente, como venía diciendo, vuelta al P!ATD de sus orígenes, del que es imposible cansarse porque cada canción es diferente, y que, por lo menos a mí, tanto me ha divertido.